domingo, 28 de febrero de 2010

Segundo Jazz Club

Hola, buenas noches, ¿Tienen mesa? Uf, hoy esto está muy lleno, pero pueden pasar a la barra. Comienza a las doce. Media por encima de cuarenta. Camisa y tirantes, pelo blanco, trombón de varas. Músicos con todas las letras, con todos los años. Dos cervezas y una tónica. Amor a los treinta, amor a los cuarenta, amor a los cincuenta, amor a los sesenta... ¿Cuánto nos queda? Gente sola en una esquina, luz azul y rosa que despide un letrero de neón sobre una pared de ladrillo a cara vista. ¿Tienes fuego? Un vino, por favor. El charles tchis, tchis, humo de puro, sillones bajos y lámpara de mesa. Demasiado rímel, arruga incipiente, belleza en la cuesta abajo. La trompeta arranca unas palmas. Me recuerda a Duke Ellington, o a los Aristogatos, no lo sé. Dabidubidudá la voz, pom popom pom el bajo. Me recuerda a ella, y a Ella. Verso suelto del poema. Segundo descanso. Otro vino, ¿verdad? Ya se va lo accesorio. Escaleras arriba, Chyntia no da señales. Contra todo pronóstico, we had a yabba dabba doo time.

miércoles, 24 de febrero de 2010

La vaca bonsai

Iba caminando por la calle cuando vi algo fascinante. Un hombre iba paseando a lo que yo creía era un perro en dirección contraria a la mía. Yo iba por unos soportales que hay a la puerta de mi casa, y éste hombre iba por la acera. Entre los dos se interponían las columnas del edificio, y la velocidad de ambos era tal que nunca llegué a ver al perro, pues una columna siempre me tapaba su vista. Al día siguiente sucedió lo mismo, el hombre paseaba con su mascota, pero siempre me tapaba una columna, y no llegué a ver al can.
Y ésta mañana me he encontrado al mencionado señor, pero esta vez estaba solo. Me acerqué respetuoso y le pregunté:
-Perdone, ¿Me podría decir que es lo que pasea usted?
-¿Cómo dices?- Me dijo extrañado -¿Que paseo el qué?
-Es que le he visto estos días paseando a un animal, y no se cual es.
- Chico, ¿Tú estás bien?
No negaré que me ofendió un poco su duda sobre mis capacidades mentales, pues me considero una persona, cuando menos, bastante cuerda. Por eso le dije lo siguiente con cierto tono de resentimiento.
-Pues lo más fácil hubiera sido pensar que fuera un perro, pero creía que usted podría tener una vaca bonsai.
-¿Pero qué...?-Me interrumpió, pero yo muy digno seguí con mi argumentación.
-Si, si, una vaca bonsai, una vaquita de tamaño pequeño. Obviamente usted no podría tener una vaca de tamaño normal aquí, en el centro de Madrid, por eso se las habría ingeniado para tener una vaquita de tamaño pequeño, como un perrillo, para poder sacarla de paseo, a pastar a un parque... Además ella le proporcionaría leche fresca para sus cortados y...
El hombre no siguió escuchando, se dio la vuelta y se fue. Por la cara que tenía creo que efectivamente estaba paseando a un perro, pero quién sabe, quizás se fue asustado porque lo había descubierto...

lunes, 22 de febrero de 2010

Gran droga la música

Gran droga, la música. Personalmente me hace sentir cosas de las que oigo hablar a menudo relacionadas con las drogas, pero con la lucided y el estado de alerta máxima que considero necesario para alcanzar un verdadero disfrute. Y el otro día, escuchando diferentes arias de la ópera Andrea Chénier, de Umberto Giordano en el Teatro Real, volví a sentir esa pérdida de referencias, ese vértigo, esa duda, ese no saber si el sonido que recibes es sonido o color, ese cerrar los ojos con los ojos abiertos. Y muy en especial con la conocida aria "La Mamma Morta", cantada por la soprano Daniela Dessì. Me encanta que por medio del sonido me sumerja en la más absoluta de las penas para luego enseñarme que, cuando está todo perdido aún hay lugar a la esperanza. Y llega un momento en el que me fundo con el sonido, y llego a estar totalmente convencido de que, como Maddalena, yo también soy la vida. Dura poco, y sólo sucede de vez en cuando, pero merece la pena, y mucho.

Dos versiones, una de María Callas, famosa por la película Philadelphia (Más parecida, en estilo, a la que yo escuche en el Real):


Y otra de Renata Tebaldi:


domingo, 14 de febrero de 2010

¿Las lágrimas ruedan?


Trece de Febrero
¿Qué día es hoy?
Desde que he salido
De la biblioteca
No paro de repetírmelo
¿Qué es lo que he olvidado?
Algún cumpleaños
(¿Quizás el mío?)
En un reloj dan las doce
Ya es catorce
Catorce de Febrero...
Una lágrima rueda
Por mi mejilla
El aire
corta en los ojos.

Joder, que frío.

viernes, 12 de febrero de 2010

Lucy in the sky with diamonds

De los altavoces salía un intenso olor a mandarinas. En un instante se vio subido en un bote, río abajo, y mientras veía pasa enormes flores de celofán verdes y amarillas, se acercaba a puentes con fuentes de colores donde había gente comiendo pasteles de malvavisco. Cuando alzó los ojos, vio sobre un cielo de mermelada a una niña con ojos de caleidoscopio. Luego volvió en sí. Apago la música y se puso a estudiar.

lunes, 8 de febrero de 2010

Que dura es la vida del Estudiante


Ay, ay, ay, al filo de tres exámenes y aquí , como bloqueado. Estoy un poquito hasta el higo. Menos mal que los del Carrusel me animaron la noche con la Superbowl, un clásico de los exámenes de Febrero.
Mañana el menú comienza con Laboreo, pasado, el plato principal, Electro, y de postre Materiales... se que no suelo escribir sobre mi vida así, tan en claro, pero es que tanto libro y biblioteca hace que hable muy poco con la gente, y es bueno desquitarse un poco, (se que no me puedo quejar de nada, pues no paso hambre ni frío, pero lo que se dice teta no me lo paso). Es posible, más que probable que nadie lo lea, pero es lo que menos me importa. Es como gritar por la ventana, que relaja mucho (¿Debo preocuparme? quiero decir, ¿ésto es un síntoma de algo raro en la cabeza?)
En fin, que ahora mismito, en directo tiro una moneda al aire. Si sale cara (la catedral de Santiago) esta tarde estudio Laboreo, si sale cruz (5 cent), Electro, y si se queda de canto, Materiales.
Ha salido cara. A laborar Laboreo se ha dicho. Me bajo a Agrónomos, que ya tengo el culo hecho a esas sillas. Si me veis dadme un saludito. Prometo levantar la cabeza y dediacaros una mirada de agobio, y enseñaros mi espacio interdental en los incisivos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Comienza Febrero


Y busco motivos para pensar que va a ser mejor que el mes de Enero. En Febrero se acabarán los exámenes, comenzará a oler a primavera, los días irán creciendo...
Pero me temo que va a ser igual que Enero. Y no por malo, ni por bueno, sino porque me acabo de dar cuenta de que estamos en Febrero, cuando son las once de la noche, y ya casi es día 2.