sábado, 27 de noviembre de 2010

Bitácora de un día perfecto

Pensaba dar detalles (de hecho hay un borrador minuciosamente escrito) porque no quería que se me pasase nada del día de hoy, pero no los doy porque no es necesario. No me di cuenta mientras lo vivía, pero el día hoy ha sido un claro ejemplo de lo que quiero que sea mi vida. Me sentía cansado; todo el día en la escuela (pero si estaba cansado será porque estaba aprovechando el tiempo). Descansé después hablando, cocinando y compartiendo. Y al final del día me voy a la cama, reventado, y no puedo dormir. Estoy pensando, y creo que estos días en los que no pasa nada remarcable pero en los que por contra haces lo que quieres (o al menos no te ves haciendo otra cosa), estos días son días perfectos. Hoy me lo he pasado genial en el aburrimiento, en el cansancio, en el aprendizaje y en la redundancia, en la conversación y en el silencio, en la presencia y en la ausencia. Seguro que hubiese sido superable, mas aunque sé que no ha sido el mejor día del mundo, juro que ha sido mejor que cualquiera. Espero que me queden muchos más de estos. Quizás no me pueda dormir no por la experiencia de hoy, sino por la incertidumbre de mañana...

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