
"Se trata de una seductora pero hipócrita belleza, que aviva el ansia, la voluntad de poder, de posesión, de abuso sobre el otro y que se transforma, enseguida, en su opuesto, asumiendo la expresión de la obscenidad, de la transgresión o de la provocación"
No estoy seguro sobre a que arte se refiere el Sumo Pontífice , pero yo que leo esto escuchando el nuevo disco de Sabina contemplando la espectacular fotografía de Rachel Weisz que se expuso hace no mucho en el Thyssen y con un póster de los Beatles en la pared me acojono pensando que tengo plaza en el infierno reservada desde hace tiempo, y a la vez me quito presión, pues ya condenado, puedo seguir disfrutando del arte transgresor e hipócrita sin temor a nada, pues ¿Qué hay peor que el fuego eterno?
Un consuelo por lo de la posible aflicción la barbacoa sempiterna nos lo da el propio Sabina en una de sus canciones: "El día del juicio final puede que Dios sea mi abogado de oficio".
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