sábado, 21 de noviembre de 2009

Todos al infierno...


Dice el Papa, el de la Iglesia Católica Apostólica Romana, que los artistas han de alejarse de la belleza hipócrita de la transgresión. Y como en el diario El Mundo viene entrecomillado, os dejo aquí lo que supongo son sus palabras:


"Demasiado a menudo, la belleza de la que se hace propaganda es ilusoria y falaz, superficial y deslumbrante hasta el aturdimiento y, en vez de hacer salir a los hombres de sí mismos y abrirles a horizontes de verdadera libertad atrayéndoles hacia lo alto, los aprisiona en sí mismos y los hace aún más esclavos, faltos de esperanza y de alegría", afirmó el Papa.

"Se trata de una seductora pero hipócrita belleza, que aviva el ansia, la voluntad de poder, de posesión, de abuso sobre el otro y que se transforma, enseguida, en su opuesto, asumiendo la expresión de la obscenidad, de la transgresión o de la provocación"


No estoy seguro sobre a que arte se refiere el Sumo Pontífice , pero yo que leo esto escuchando el nuevo disco de Sabina contemplando la espectacular fotografía de Rachel Weisz que se expuso hace no mucho en el Thyssen y con un póster de los Beatles en la pared me acojono pensando que tengo plaza en el infierno reservada desde hace tiempo, y a la vez me quito presión, pues ya condenado, puedo seguir disfrutando del arte transgresor e hipócrita sin temor a nada, pues ¿Qué hay peor que el fuego eterno?

Un consuelo por lo de la posible aflicción la barbacoa sempiterna nos lo da el propio Sabina en una de sus canciones: "El día del juicio final puede que Dios sea mi abogado de oficio".


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